Esta entrada está organizada sobre algo muy sencillo: fragmentos. Son ideas que quiero comentar sobre la entrevista de Marcial Morera en Televisión Canaria. El enlace al video está más abajo. Hay spoilers.
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Sin embargo, ya que todo viene a colación de una entrevista a Marcial Morera, me voy a centrar en el "producto canario", y en el registro de un idioma común que hace hogar y descomprime todavía más si cabe en mi casa. Ahí queda por tanto el trabajo de Manolo Vieira, Abubukaka, Chigüesque TV, algunos momentazos de En Clave de Ja y de Aáron Gómez, entre otros; son gente que aquí, a menos 14 bajo cero te cambian una tarde. Y este fragmento-comentario es un pequeño subrayado para aclarar que ciertos días se han vuelto más llevaderos solo porque he podido asomarme a esa ventana de youtube donde se varía en español de Canarias y se formula el mundo con los parámetros de esa sociedad. Y por qué pasa eso, pues Marcial Morera se lo explica en seguida si continúa leyendo.
Observe: al principio de esta entrevista Morera habla sobre las sociedades y cómo estas están representadas en sus palabras “porque las palabras […] no son etiquetas para clasificar cosas, las palabras son… primero son unas intuiciones potentísimas […] que permiten formalizar la realidad, organizar la realidad de una determinada manera para poder pensar y [segundo, las palabras son] archivadoras de experiencias, te archivan la experiencia, y te archivan no solamente la experiencia objetiva, experiencia conceptual, sino que archivan también sentimientos. Por tanto la cultura de un pueblo está representada en sus palabras.” Digamos que si yo me encuentro archivado allí, en ese entramado de experiencias y sentimientos que enlazan todos los idiomas y registros idiomáticos que me pueblan desde Suecia a Punta Teno, pasando por Palma de Mallorca, un video que almacena un pedazo de todo eso hace de puente perfecto para sentirse como en casa, en aquella casa de allá adentro y allá lejos que es haberse ido; y durante un rato se respira más pausado.
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Esta es una entrevista que vale la pena ver todos los días de la semana, o a lo mejor no todos los días de la semana, pero sí de vez en cuando para curarse en salud algunos enquistamientos propios de la educación fraudulenta que hemos recibido sobre la realidad del español en España.
Han oído hablar sobre el hooliganismo filológico, ¿no? No se preocupen, yo se lo presento en seguida, sigan leyendo después de los dos puntos:
No pretendo sacar conclusiones como filólogo o escritor, eso es lo primero que deben saber, sino que pretendo presentar "mis conclusiones" como ese personaje un tanto harcorito (si prefieren, jarcorito) y algo lamentable que puedo llegar a ser y que no quiere ni esforzarse un poco en fundamentar sus argumentos. ¡Me gusta la entrevista, loco! ¡El tipo se sale! ¿Qué coño pasa? Me gusta cómo Marcial Morera dignifica la variante canaria del español y a la vez todas las variantes de cualquier idioma. La variante canaria, por mi parte, es una de las que más he usado en mi vida y en cuya sociedad recibí a mi hijo y tuve la suerte de encontrar a mi compañera. Y no me gusta lo de Morera solo porque sitúa, limpia, pule y da esplendor al español de Canarias dentro de la segunda lengua del mundo, como dice Wikipedia (ódienme si quieren pero yo también utilizo Wikipedia and I'm proud!). Me gusta porque dignifica todas las lenguas cuando dignifica el español de Canarias, explica y descubre parte de aquello que amo y respeto, y que normalmente es ninguneado y usado como si tal cosa. Estoy hablando de eso que se usa para comunicarse, un idioma.
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Han oído hablar sobre el hooliganismo filológico, ¿no? No se preocupen, yo se lo presento en seguida, sigan leyendo después de los dos puntos:
No pretendo sacar conclusiones como filólogo o escritor, eso es lo primero que deben saber, sino que pretendo presentar "mis conclusiones" como ese personaje un tanto harcorito (si prefieren, jarcorito) y algo lamentable que puedo llegar a ser y que no quiere ni esforzarse un poco en fundamentar sus argumentos. ¡Me gusta la entrevista, loco! ¡El tipo se sale! ¿Qué coño pasa? Me gusta cómo Marcial Morera dignifica la variante canaria del español y a la vez todas las variantes de cualquier idioma. La variante canaria, por mi parte, es una de las que más he usado en mi vida y en cuya sociedad recibí a mi hijo y tuve la suerte de encontrar a mi compañera. Y no me gusta lo de Morera solo porque sitúa, limpia, pule y da esplendor al español de Canarias dentro de la segunda lengua del mundo, como dice Wikipedia (ódienme si quieren pero yo también utilizo Wikipedia and I'm proud!). Me gusta porque dignifica todas las lenguas cuando dignifica el español de Canarias, explica y descubre parte de aquello que amo y respeto, y que normalmente es ninguneado y usado como si tal cosa. Estoy hablando de eso que se usa para comunicarse, un idioma.
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En fin, para resumir diré que básicamente he visto el video y no he podido dejar de escribir sobre él. Quería hablar de la variante canaria del español como excusa para hablar de las variantes que aparecen en cualquier otro idioma, variantes que no todos hablan pero que a quien la habla es bueno recordarle que no debe sentir que es un ignorante o un inculto, sino que nos regala la belleza que solo se puede alojar en una forma de entender la vida y su contexto, codificada en la variante de una lengua, el español de Canarias en el caso de Morera o, por poner otro ejemplo, el sueco de Södermanland en mi caso, que es con el que yo nací y que además se muestra hoy con las grietas propias del poco uso durante los años, otro matiz.
Y es verdad que es posible que todo lo anterior, mi reflexión sobre el lenguaje y toda la parafernalia Morerafílica sea añoranza y desbarre, ¿por qué no? Al fin y al cabo tantas cosas son posibles y a la vez es que me importa un carajo lo que sea que me haga escribir esto que escribo; quise decir y dije. Porque también es verdad que Marcial Morera no tiene menos razón en lo que expone solo porque yo me ponga nostálgico.
Maresía y buenas noches-tardes-días.
Maresía y buenas noches-tardes-días.