Aquí hay literatura y traducción. Es un blog adaptado para lectores con discapacidad visual.

Ayuda a jaws:
  1. para acceder a cada título de entrada, muévete por los encabezados con la tecla H.
  2. para acceder a los gadgets usa la tecla E buscando los cuadros de diálogo. El primer gadget es "archivo del blog".
  3. esta página tiene un diseño sencillo. Las entradas o posts se encuentran en la mitad izquierda de la pantalla y los gadgets en la mitad derecha sobre la vertical.

domingo, 27 de noviembre de 2016

"pon los ojos en el mar" en Tenerife: paisajes de palabras



Hace unos días se anunció la publicación de la antología bilingüe "Tenerife: paisajes de palabras – Teneriffa: Wortlandschaften" por la editorial El Puntillo, que trata el tema que su título indica, el paisaje, la isla de Tenerife y las palabras, un título propuesto por el poeta Rafael-José Díaz que me parece un acierto. El libro se compone de poemas escritos originalmente en español y sus traducciones al alemán por Gertrud Toggweiler.


El conjunto de poetas que se suman al libro aúnan una amalgama de estilos y aproximaciones literarias que dibujan un intento de codificar el lenguaje de los sentidos cuando reciben el paisaje de la isla de Tenerife. Entre los autores que se pueden leer en el libro figuran: Miguel Ángel Alonso, Antonio Arroyo Silva, Iván Cabrera Cartaya, Roberto Cabrera, Acerina Cruz, Samir Delgado, Rafael-José Díaz, Maria Cristina García Carballo, Covadonga García Fierro, Maria Gutiérrez, Belén Lorenzo Francisco, Olga Luis Rivero, Daniel María, Kenia Martín Padilla, Ciro R. Niebla Piñero, Ramiro Rosón. 

A estos poetas me pude unir también como parte de la antología con un poema en prosa titulado "pon los ojos en el mar". Aquí pueden leer un retazo:

"desde las ventanas del hotel es difícil apreciar el verde escondido, la caricia húmeda del paisaje que se obvia en los folletos. del mar te llegarán nombres. observa bien. esas palabras de azul que viajan hacia ti pronto se agitarán con las olas en el agua extensa del tiempo" 


Tenerife: paisajes de palabras – Teneriffa: Wortlandschaften, una imagen del Teide, volcán de la isla de Tenerife, en dos colores: ocre y blanco. La imagen se presenta con un estilo puntillista donde cientos de trazos diagonales muy cortos, de apenas unos milímetros, conforman el paisaje que se muestra

Quiero agradecer a Darío Hernández su generosidad  al invitarme a tomar parte en el proyecto que ahora se materializa y a Ralph Schippan que quiso llevar a cabo este libro. En él he tenido la oportunidad de contribuir con mi particular visión del paisaje de la isla, el turismo y la construcción de la identidad, una vez más desde la poesía y siempre desde la perspectiva que me aporta mi trabajo en el proyecto "Leyendo el turismo"*. 

Esta antología me ha permitido incluir un poema, como un grano de arena más en la playa, que busca llamar la atención sobre el hecho de que hay vida más allá del paisaje de folleto, del paisaje en venta, y que desde los balcones de esos hoteles donde se pone el sol para las postales hay cabida también para una mirada que ya existe en la calle donde esos mismo hoteles se ubican, una mirada que ve el mar más allá de la compraventa. 

Mi poética centrada en la sociedad turística busca invitarnos, todavía, a reflexionar sobre la construcción de una identidad que está abocada a entenderse con el fenómeno del turismo como una parte de sí misma y como una fuerza que ha transformado el paisaje para siempre. Esa transformación que se dio sin que la sociedad que asistía a ese cambio lo acogiera del todo, manteniéndose, o en un regionalismo antagonista, de distintas claves, como referente histórico y vital, o abrazando la fanfarria de simulacros capitalistas como única posibilidad coherente de progreso y vida. En medio de esa vorágine hay otra realidad, la de aquellos y aquellas que en el turismo tenían y tienen su región, su historia y su sustento; sin creer en los cantos de sirena pero sin necesidad de negar su existencia. 

Sin embargo, al final se trata de vivir con los ojos puestos en el mar, como propongo en el poema que firmo y que forma parte de la antología "Tenerife: paisajes de palabras – Teneriffa: Wortlandschaften", uno de los pocos espacios donde, por ahora, aún cabemos todos.






* Dirección web de la página donde se encuentra la información sobre el proyecto "Leyendo el turismo", antes mencionado: http://leyendoelturismotrespoetas.blogspot.se

martes, 15 de noviembre de 2016

del brevísimo poemario "aplomo del indigente"



b)

un poco de paso, un poco
como el agua estancada.
siempre en el lugar
en el que me encuentras.
vivo aquí sin dirección, sin
jugosos documentos para entretener 

a las hienas. sin número.
con el cero puesto sobre la cabeza
y a punto de la extracción de la piedra 
de la locura cada noche que el sueño 
me vence al raso.
acampo con las palomas
bajo el cielo abierto y suave, 
arrebujado en los cuarenta dolores 
que me ha traído el tiempo


Se ven las patas de tres palomas sobre el techo transparente de plástico sucio de una para de guaguas en Estocolmo, Odenplan
Duvor - Brian Askrud

sábado, 12 de noviembre de 2016

la hierba de Artur a toda amenaza responde creciendo



"y a toda amenaza responde creciendo.
La hierba ama al mundo como a sí misma
y se siente feliz hasta en los días difíciles.
La hierba es un torrente de enraizamientos, viaja
sin preparativos,
muestra siempre su multiplicidad, su solidaridad, su unidad.
La hierba es el mejor compañero de viaje [...]"


He estado dándole vueltas a este pasaje de "Vida como hierba", poema de Artur Lundkvist, aquí en la versión de uno de los traductores clásicos de la poesía escandinava al español, Francisco J. Uriz.



Podría haber citado el poema entero, pero he decidido compartir solo este pedazo que realmente me conmueve y con el que conecto. Otras partes del poema no me parecen un acierto (tanto en el original como en la traducción, y no tiene que ver con la labor del traductor), e incluso hay partes que cuestiono totalmente desde el punto de vista de su mensaje, sobre todo, y curiosamente, sus tres versos más citados, que comienzan diciendo aquello de que la "la hierba nunca duda" y que por eso "a toda amenaza responde creciendo". 


Yo que me declaro persistente en mis interrogaciones, algo que me mantiene despierto y alerta conmigo mismo y con respecto a lo que ocurre a mi alrededor. No vivo la duda como una debilidad, lo veo como un ritmo que requiere unas pausas que la mayoría no se permite. No quita eso que respete la humildad y la sencillez de la naturaleza que no duda, esa de la que inevitablemente soy parte aunque luche contra ella con cada oportunidad en que me permito reflexionar. Porque estoy seguro de que igual de solidario y fuerte es el brote que se cuestiona su camino mientras se va abriendo paso a donde quiera que vaya. Y eso también está en la vida de las hojas de hierba. Como de alguna manera dejó escrito Walt Whitman en su celebración del yo y la identidad, claro está, no exenta de interrogantes. 


"A child said What is the grass? Fetching it to me with full hands;
How could I answer the child? I do not know what it is any more than he."

"Un niño me dijo, ¿qué es la hierba? Trayéndola hasta mí a manos llenas;
¿Cómo voy responder al niño? Yo no sé lo que es, mejor que él." *


Por otra parte, siempre me pregunto si realmente esas hojas de Mr. Whitman son una canción abierta, y no son solo para un hombre blanco nacido en Norteamérica. Supongo que todo depende de lo que queramos leer en sus versos. 

Y de la vida como hierba lo mismo, al final es acudir a una metáfora. Una metáfora como cualquier otra para retratar nuestras obras y nuestros días, nuestros anhelos y pulsiones, de los que luego acabamos haciendo mitologías personales para relatarlas como verdades universales que nos ayuden a sacudirnos el horror que produce desconocer lo que llegará, esa debilidad real. 

Un arco de pieda en ruinas, probablemente medieval, a través del cual se puede ver en la  sierra andaluza verde, crecida de hierba por doquier.
Vía verde de la Sierra 09 - Guatman Studio


Personalmente, en mis lecturas busco una brizna de hierba que se pregunta y encuentra su abono en la búsqueda. La brizna que sea una imagen para celebrar la vida en estos tiempos de verdades monolíticas, argumentos estancos, elegías totalitarias e iluminados, e iluminadas, de toda ralea. Gente que parece no vivir en el desconcierto de despertar cada día, manteniendo la ambición de robarle el aliento a todo lo bello y honesto, en vez de alimentar la ambición de crecer amando, como lo hacen las simples hojas de hierba cuando las escribe Artur Lundkvist.



* La traducción del inglés es mía y limitándome a no caer en la transliteración. Disculpen las molestias que les pueda causar mi pereza.